Mi corazón en Berlín

Caminaba silenciosamente entre los pasillos del museo de Berlín, entre la Nefertiti y otras piezas egipcias, Te encontré detrás de esa puerta en donde el emperador romano saludaba. Contemplándote por más de una hora, ese mármol tallado, esas facciones que hechizaron mi memoria y conmovieron mis pensamientos, Llevé mi mano a mi pecho y tan sólo pensaba en encontrarte un día. ¿Recuerdas ese día en aquella habitación concurrida? Los dos parados a unos cuántos metros uno del otro, Nos reconocimos inmediatamente, Eras tú, mi germano y yo, tu todo, Nos regalamos miradas y sonrisas, Nos fuimos de ahí, Me hablabas poéticamente; Árboles, flores, pasto y el cielo era lo que nos rodeaba, No dejábamos de intercambiar esas miradas, Esos silencios de deseo, No existía nadie más. Llegó la noche a Berlín, Nos desnudamos, Creando esa atmósfera de calidez, Te encontré, Eras aquel busto que me conmovió, Mi germano y yo, tu todo. Memorias de Berlín... ...